Siempre me gustaron los girasoles, observar cómo miraban al sol y se orientaban según la luz y la posición de este. Me ha llevado toda mi vida entender cómo los girasoles y demás seres, fluyen siguiendo las leyes naturales, y cómo los seres humanos nos pasamos la vida intentando encontrar el sol y la luz y, aun teniéndola a nuestro lado, la negamos, cerrándose a que nos tienda su mano y creyéndola inalcanzable.
Ha sido gracias a este gran viaje de autoconocimiento que la vida tenía preparado para mí , que yo misma tenía preparado para mí, sin saberlo, de la enfermedad y el dolor físico, que comencé a hacerme profundos cuestionamientos acerca de la vida, del ser humano, de porqué venimos aquí, qué venimos a hacer y porqué tenemos que pasar dolor, sufrimiento, enfermedad, pérdidas y muertes.